BELLEZA RECHAZADA
Los que son invisibles en este mundo, son los visibles ante Dios.
17 No había brillo en los ojos de Lea, pero Raquel tenía una hermosa figura y una cara bonita.
18 Ya que Jacob estaba enamorado de Raquel, le dijo a su padre:
—Trabajaré para ti siete años si me entregas como esposa a Raquel, tu hija menor.
— Génesis 29:17-18 (NTV)
27 En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos.
— 1 Corintios 1:27 (NTV)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 24 de febrero 2023
Hasta cierto punto, sabes cómo se siente ser rechazado y abandonado. Sabes cómo se siente ser diferente al ser comparado con otros. Estos sentimientos pueden hacer que te sientas marginalizado ya que estos sentimientos te persiguen y te identifican. Es muy probable que puedas identificar cuáles son los factores que te hacen sentir estas cosas. Tal vez fue tu crianza, fuiste comparado, o fuiste el objeto de la condenación. No son sentimientos agradables. Pero la buena noticia es que, aunque ves algo tan desagradable en ti mismo, la verdad es que Dios ve una belleza en ti y lo acepta mientras el mundo se ocupa de rechazarlo.
El narrativo sobre Jacob y Raquel es un texto muy conocido en el círculo cristiano y el amor de estos dos es elevado. Por lo tanto, en medio de este cuento de amor y matrimonio que parece estar tan al frente de nosotros, hay una mujer que es colocada detrás de este cuento. Esta mujer se llama Lea, la hermana de Raquel. El texto muestra cómo ella fue rechazada y abandonada por su falta de belleza (Génesis 29:17). Fue la víctima del pecado al ser usada por su padre, Labán, y menospreciada al no ser amada por su esposo Jacob, quien se sintió indignado por haberla recibido a ella en vez de a su hermosa hermana Raquel por quien había sacrificado siete años de trabajo.
Como cualquier individuo reaccionaria, Lea vivió por su marido Jacob aunque sintió su rechazo. Intentó agradar a su esposo de todas las maneras posibles, y pensó que concebir hijos iba a cambiar la mente de Jacob. Por lo tanto, Lea creyó que tener hijos la iba a llenar y satisfacer. Cuando ella dio a luz a sus tres hijos, pensó lo siguiente: “ya que tengo un hijo, ahora mi marido me amará (Génesis 29:32). Ya que tengo un segundo hijo, ahora, mi marido no me odiará (Génesis 29:33). Ahora que tengo mi tercer hijo, mi marido no se apartará de mí (Génesis 29:34)”. Aun así, Lea llegó a estar parada en frente de las puertas de desilusión y desesperanza porque Jacob nunca respondió en amor por ella.
Podemos decir, “pobre Lea porque fue comparada con su hermana por su apariencia física. Fue usada como un objeto para los avances del trabajo de su padre Labán. Fue rechazada por su propio marido”. Sí, es cierto que el mundo la rechazó, pero Dios vio una belleza rechazada que Él deseaba usar. Dios conocía a Lea y veía todo lo que ella había sufrido y pasado. Cuando Lea vio esta verdad (Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos… Génesis 29:31), ella paró de vivir por Jacob, y alabó al Señor cuando tuvo a su cuarto hijo (Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez alabaré al Señor». Así que le puso por nombre Judá. Y dejó de dar a luz. Génesis 29:35).
Fue así, que Dios también usó a Lea. Dios usó lo que todos a su alrededor habían rechazado. En otras palabras, Dios usó la belleza rechazada de Lea porque solo Dios veía la belleza que había en ella. ¿Cómo la usó Dios? Muchos piensan que de la línea de Raquel vino la línea de Jesucristo, pero la verdad es que Dios usó la simiente y la línea de Judá, el hijo de Lea, para que llegara nuestro Salvador Jesucristo (Hebreos 7:14). No fue de la línea de Raquel la hermosa y visible que vino Jesucristo, sino de la línea de Lea, la invisible.
Si hoy, te identificas con Lea y te preguntas cómo Dios puede usar a alguien como tú quién ha pasado por tantas cosas, recuerda que el evangelio se trata de cómo Dios elige lo que el mundo ridiculiza para avergonzar a los sabios y poderosos (1 Corintios 1:27). Dios acepta y usa lo que el mundo rechaza, por lo tanto, los que son invisibles en este mundo, son los más visibles ante Dios. Dios acepta tu belleza rechazada, porque ante los ojos de Él, eres hermosa como lo fue Raquel, aunque el mundo te vea como una Lea. De la misma manera en que Lea fue usada para la venida de Jesucristo, deja que Dios use tu belleza rechazada para que puedas mostrar la gloria de Jesucristo a los que te rodean.
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