CHISMES PECAMINOSOS
Crear o participar en chismes pecaminosos es actuar como un diablo encarnado y vivir como un verdadero satanista.
20 Por falta de leña se apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, se calma la discusión.
21 Como carbón para las brasas y leña para el fuego,
Así es el hombre rencilloso para encender pleitos.
22 Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos,
Y penetran hasta el fondo de las entrañas
26Aunque su odio se cubra con engaño,
Su perversidad será descubierta en la asamblea.
27 El que cava un hoyo caerá en él,
Y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá.
28 La lengua mentirosa odia a los que oprime,
Y la boca lisonjera causa ruina. — Proverbios 26:20-22; 26-28 (NBLA)
Samuel E. Seo, Th. M. | 10 de mayo 2022
Un domingo por la mañana, el pastor de una pequeña iglesia en el campo comenzó su predicación sobre el tema de la ofrenda. Los tres ancianos gobernantes de la iglesia supieron inmediatamente por qué el pastor estaba predicando sobre eso por segunda vez en solo dos meses. La razón era que la iglesia estaba pasando por una dificultad financiera. La iglesia estaba apoyando al pastor con un salario de medio tiempo mientras el pastor cubría lo que faltaba para sustentarse a sí mismo y a su familia con un trabajo de medio tiempo en la construcción en un pueblo cercano. Sin embargo, parecía que la iglesia ya no podía seguir sustentándolo por la falta de ofrenda, y parecía que el pastor tendría que dejar el ministerio para conseguir un trabajo de tiempo completo.
Esa noche, los tres ancianos estaban cenando con sus familias en sus propias casas. En la casa del primer anciano, el anciano habló mientras sorbía su sopa: «El pastor volvió a predicar sobre la ofrenda». Levantó su cara y miró a su esposa. Tenía una expresión de preocupación en su rostro. Su esposa le miró también con la misma expresión y dijo: «¿Cómo podemos ayudar?». Su marido respondió: «¿Podemos ofrendar más?».
En la casa del segundo anciano, este tomaba su café y le dijo a su esposa: «El pastor volvió a predicar sobre la ofrenda». Su esposa le miró y dijo: «Sí, lo sé». «El pastor volvió a hablar sobre la ofrenda, por segunda vez», repitió el anciano. Con una expresión de disgusto, la esposa dijo: «Sí, qué decepción».
En la casa del tercer anciano, este dijo a su esposa mientras cortaba un pedazo de su churrasco: «El pastor volvió a predicar sobre la ofrenda. Solo piensa en el dinero». Su esposa le contestó: «¡No puedo creer que él sea un pastor!».
Ahora, de estos tres ancianos, el primero es inocente, el segundo es un mal chismoso y el tercero es un calumniador. Pero ¿se han dado cuenta de lo que puede ser confuso aquí? Los tres ancianos comenzaron su conversación exactamente con las mismas palabras: «El pastor volvió a predicar sobre la ofrenda». La diferencia fue la forma en cómo dirigieron la conversación después de que expresaron lo que sentían por su pastor. Lo que había en sus corazones les convirtió en un apoyador, un mal chismoso y un calumniador.
La gravedad de los chismes pecaminosos
Debido a que es un pecado que vemos tanto alrededor de nosotros, es fácil pensar que el chisme pecaminoso no es un pecado tan grave. Sin embargo, hay tres razones de por qué debemos considerar el chisme pecaminoso muy seriamente.
Primero, los que crean o participan en el chisme pecaminoso cometen el primer pecado que maldijo la humanidad. Muchos cristianos piensan que el primer pecado registrado en la Biblia es la desobediencia de Adán y Eva, pero eso no es cierto. Génesis 3:1-6 muestra que la serpiente cometió el primer pecado registrado en la Biblia, el chisme pecaminoso. Este pecado es lo que trajo todo lo malo y trágico a nuestro mundo. Este pecado es por qué la pobreza, el hambre, la corrupción, el odio, la frustración, la decepción, la preocupación, la inseguridad y la insatisfacción nos rodean. Lo que es peor es que este mismo pecado continúa, aun en nuestra propia iglesia, maldiciendo y envenenando a nuestros hermanos y hermanas con discordia y odio.
Segundo, los que crean o participan en el chisme pecaminoso actúan como un diablo encarnado. El texto de Génesis 3 muestra que fue el diablo quien promovió el chisme pecaminoso que sembró la discordia en Adán y Eva hacia Dios. En el Nuevo Testamento, la palabra «diablo» [diabolos] en el idioma original tiene otro significado. También significa «calumniador». [Por ejemplo, 1 Timoteo 3:11 dice: De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras [en griego: diabolous], sino sobrias, fieles en todo (NBLA).] Es un pecado que se asocia íntimamente con el diablo. Chismear maliciosamente es un acto que imita al diablo en lugar de imitar a Cristo. Un satanista no es solo un miembro de una iglesia satánica o que adora a Satanás. Un chismoso malicioso también es un satanista. Peor aún—es un diablo encarnado que siembra la discordia y el odio en la iglesia de Jesucristo.
Tercero, los que crean o participan en el chisme pecaminoso no pueden ser cristianos genuinos. Una persona que promueve el chisme pecaminoso es alguien que tiene un corazón odioso. Proverbios 26:24 dice: El que odia, disimula con sus labios, Pero en su corazón acumula engaño (NBLA). Y 1 Juan 4:20 dice: Si alguien dice: «Yo amo a Dios», pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto (NBLA). Seguir en chismes pecaminosos sin arrepentimiento es una de las evidencias más claras que muestra que uno no es un cristiano genuino.
Conclusión: aplicación
¿Has estado creando o participando en chismes pecaminosos? ¡Ruego que te arrepientas en el nombre de Jesús tu Salvador y dejes este pecado hoy mismo, porque participar en este pecado es actuar como un hijo de Satanás en lugar de un hijo de Dios! Si sigues en este pecado, Dios no te dejará sin juicio. Proverbios 26:26-27 dice: 26 Aunque su odio se cubra con engaño, Su perversidad será descubierta en la asamblea. 27 El que cava un hoyo caerá en él, Y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá (NBLA).
¿Eres una víctima de chismes maliciosos? Ora por tus enemigos para que Dios los salve. ¿Estás cerca de alguien que crea chismes? La primera opción es alejarte de ese esparcidor de odio. Pero si puedes transformar la conversación, conviértete en un derramador de aguas vivas que promueve el amor y la bondad. Conviértete en una persona como José quien decidió separarse «en silencio» de María para evitarle avergonzarla cuando descubrió que estaba embarazada, hasta que llegó un ángel para aclarar el malentendido [Mateo 1:19]. Conviértete en una persona como Jesús quien, a pesar de haber sido traicionado por Pedro tres veces, le preparó desayuno y simplemente le preguntó «¿Me amas?» tres veces en privado. Jesús dice en Mateo 5:9: Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios (NBLA). No hijos del diablo, sino hijos de Dios. Amén.
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