¿CÓMO PUEDO AUMENTAR MI FE EN JESÚS?
Es necesario estudiar y ver la gloria que Jesús manifestó en Sus señales y milagros para así aumentar nuestra fe en Él.
47 Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte.
48 Jesús entonces le dijo: Si no veis señales y prodigios, no creeréis.
49 El oficial del rey le dijo*: Señor, baja antes de que mi hijo muera.
50 Jesús le dijo*: Vete, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. 51 Y mientras bajaba, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía.
52 Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la hora séptima se le quitó la fiebre.
53 El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: Tu hijo vive. Y creyó él y toda su casa. — Juan 4:47-53 (LBLA)
Jong Hyuk Park, M. D. | 2 de febrero 2023
Ilustración
Había una doctora llamada Dra. Roa Páez que le decía a sus alumnos que cuando era estudiante tuvo una época en la que lloraba casi todos los días. Lloraba porque aparte de tener que estudiar tanto, tenía un profesor que no creía que las mujeres debían estudiar medicina. Él hacía todo lo posible, la insultaba y la molestaba, para que se retirara de la carrera. Por tanto, contaba cómo por muchas noches ella llamaba con lágrimas a su madre, expresando que quería regresar a casa. Sin embargo, su madre, tras consolarla y animarla, intentaba insistirle que perseverara. Decidió entonces la Dra. Roa perseverar y tener fe de que algo bueno podría salir de todo esto. Por su fe y perseverancia, ahora muchos años después, pudo convertirse en una excelente médica que ha ayudado a salvar la vida de muchos bebés en Bogotá, Colombia.
Como lo demuestra esta historia, la fe es importante porque nos ayuda a seguir adelante en medio de las dificultades para así luego poder ayudar a otros. Entonces, es importante, y en especial para un cristiano, saber cómo obtener más fe en Jesús.
Los milagros de Jesús fueron hechos para producir fe en nosotros
Esto fue evidente en la vida del oficial del rey. En esta historia el Señor Jesucristo mismo dice «Si no veis señales y prodigios, no creeréis» (v. 48). Esto básicamente muestra que es importante estudiar los milagros que Jesús hizo debido a que estos pueden ayudar a producir fe en nosotros. Son de hecho, según Jesucristo, esenciales.Está escrito que fue después de que se había dado cuenta que su hijo había sido sanado (v. 53) que el oficial creyó en Jesús. Similarmente, fue después de convertir una gran cantidad de agua en vino durante un matrimonio, que está escrito cómo los discípulos creyeron en Jesús. Es decir, es gracias a los milagros que hizo Jesús, que muchos logran tener fe en Él.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los milagros no siempre producen fe. Esto ocurre cuando las personas malinterpretan los milagros de Jesús porque están llenos de deseos pecaminosos que los hace ciegos a la gloria, es decir la belleza y majestad, que Jesús demuestra en Sus milagros. Es decir, cuando las personas creen que Jesús hizo milagros para suplir sus propios deseos egoístas, lo malinterpretan y no obtienen fe. Por ejemplo, cuando Jesús alimentó a cinco mil con cinco panes y dos pescados, las personas, en lugar de entender que Jesús había hecho el milagro para revelarles quién era Él, pensaron en hacerlo Rey para así tener pan ilimitado. Por eso Jesús dijo: «ustedes me buscan no porque han visto señales, sino porque comieron pan hasta llenarse».
Los milagros de Jesús producen fe debido a que nos revelan quién es Jesús: el Dios verdadero
Ahora, si los milagros son para entender a Jesús, entonces ¿qué nos enseña sobre Jesús el milagro de la sanación del hijo del oficial del rey? Nos demuestra como mínimo dos cosas. Primero, nos revela cómo todo lo que Jesús decía era veraz porque todo lo que decía se cumplía. Es por esto que el apóstol Juan resalta cómo después de que Jesús dijo: «Vete, tu hijo vive», se cumplió la Palabra de Jesús y «se le quitó la fiebre» al hijo. Esto nos debería recordar a pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, durante la creación, está escrito cómo cuando Dios dijo: «Sea la luz», hubo luz. Cuando Dios dijo: «Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco», «fue así». Cuando Dios dijo haya estrellas en los cielos, estas se formaron; cuando Dios dijo haya aves y animales, estos fueron creados. En otras palabras, así como todo lo que el Dios del Antiguo Testamento decía se cumplía, también todo lo que Jesucristo decía se cumplía. Cuando Jesús dijo que el hijo vive, ¡así fue! Por tanto, este milagro alimenta nuestra fe porque nos enseña y nos muestra de una manera extraordinaria que Jesús es alguien en quien podemos confiar pues todo lo que dice es o se vuelve verdad.
Los milagros de Jesús producen fe debido a que nos revelan quién es Jesús: el Dios salvador
Adicionalmente, el milagro de la sanación nos debería recordar cómo el Dios del Antiguo Testamento salvaba la vida de las personas mediante Su Palabra. Por ejemplo, cuando la vida de Ismael, el hijo de Agar, estaba al borde de la muerte, está escrito cómo Agar «…puso al niño debajo de un arbusto y fue a sentarse sola a cierta distancia, pues pensaba: “No quiero ver morir al niño”». Al llorar desconsoladamente, sin embargo, Dios envió Su Palabra y le dijo «No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño. Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación». Entonces «Dios le abrió a Agar los ojos, y ella vio un pozo de agua» y así sobrevivió Ismael. Similarmente, el pasaje de hoy demuestra cómo el hijo del oficial «estaba al borde de la muerte» (v. 47), pero cuando Jesús habló, Su Palabra sanó y libró de la muerte al hijo. Entonces, este milagro nos enseña que Jesús no fue cualquier persona, sino el mismo Dios del Antiguo Testamento que enviaba Su palabra para sanar y librar de la muerte a las personas.
Ahora, cuando Jesús le dijo al oficial del rey: «Vete, tu hijo vive», este le creyó y así pudo ver la poderosa gloria de Dios cuando se dio cuenta que su hijo había sido sanado por la Palabra de Jesús. En otras palabras, el oficial del rey, por creer que las Palabras de Jesús eran verdaderas y salvadoras y tras ver la gloria de Jesús, su fe en Jesús aumentó.
Aplicación
Teniendo esto en mente, ¿cómo reaccionas tú cuando Jesús te dice: «Ve y confiesa tus pecados diariamente ante Mí y en la cruz»? ¿Reaccionas con fe y perseverancia como lo hizo el oficial del rey? ¿O reaccionas con miedo e incredulidad porque piensas, «cómo podré vivir sin mis ídolos y mis pecados»? ¡Si no logras obedecer a Jesús es porque no tienes ni siquiera la cantidad de fe que tuvo el oficial del rey!
Aunque has reaccionado con incredulidad, sin embargo, ¡hay esperanza! Hay esperanza si piensas profundamente sobre el milagro que hizo Jesús. Medita sobre los efectos que tuvo el milagro de Jesús y las implicaciones de estas. ¿No demostró Jesús que Sus palabras realmente son verdaderas y salvadoras? ¿No es entonces Jesús digno de tu confianza? ¡Ten fe entonces y persevera! Haz lo que Jesús te ordena, y así como el oficial del rey lo hizo ese día, contempla la profundidad de la hermosura y el infinito poder de la gloria del Gran Dios Jesucristo; una gloria que ayudará a aumentar tu fe a niveles extraordinarios que ni sabías podían existir.
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