¿CÓMO PUEDO DERROTAR LA VENGANZA?
La manera en que podemos derrotar la venganza como lo hizo Jesucristo es orar y desear lo mejor para nuestro prójimo.
19 Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, Yo pagaré», dice el Señor.
20 «Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza».
21 No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.
— Romanos 12:19-21 (NBLA)
23 y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia.
— 1 Pedro 2:23 (NBLA)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 14 de diciembre 2022
A mí me encanta cocinar dado el tiempo y la circunstancia. Cuando cocino, mis hijas siempre corren a la cocina y comienzan a abrir las bolsas de dulces y galletas porque quieren satisfacer los antojos que ellas sienten a su tiempo y a su manera. En esos precisos momentos, siempre les tengo que recordar que no pueden comer todavía, porque estoy preparando algo mucho más nutritivo y mejor para ellas.
Es muy ocasional que como cristianos, actuemos como mis niñas cuando se trata de la venganza. Pero en los momentos que queremos actuar a nuestra manera y tiempo cuando se trata de la venganza, Dios declara, «Mía es la venganza, Yo pagaré» (Romanos 12:19). En esencia, Dios está diciendo claramente que Él está en el proceso de preparar lo que es mejor para nosotros y ellos, al pagar de una manera que es justa ante Sus ojos. Incluso, nos está diciendo que debemos dejar el asiento de querer ser un juez que juzga las intenciones y los motivos así como Dios lo hace, porque Él es Dios, y nosotros no lo somos. Solo Dios es justo y Él tiene los lentes que pueden ver el contexto y la situación de nuestro prójimo.
Dios conoce el contexto de la humanidad. Él conoce el tipo de pasado y la historia que ha tenido cada persona. Él conoce la crianza de una persona. Él conoce las relaciones que las personas han tenido con su padre o madre, el tipo de amistades que han tenido, el dolor, la traición, y el trauma que han sufrido. Él conoce toda la historia de una persona, y nosotros no. Además, Dios es el único que conoce las situaciones por las que están pasando las personas. Dios es el único que conoce la depresión, ansiedad, el duelo, y la aflicción que ellos están pasando en estos precisos momentos. Él conoce toda la situación presente de una persona, y nosotros no. Por tanto, la primera manera de derrotar la venganza es ver el contexto y la situación de nuestro prójimo, así cómo lo vería Dios. Así, podremos extender el amor y el perdón, en lugar de expresar el odio y la venganza.
Seguidamente, Dios nos da un mandato de hacer algo aún más drástico, como dar de beber y comer a nuestros enemigos (Romanos 12:20-21). Hay que entender que esto no es algo que debemos hacer literalmente, sino que el énfasis está en desear lo mejor para nuestro enemigo. Jesús profundiza este concepto y dice que debemos orar por nuestros enemigos (Mateo 5:43-45). La razón por la que Jesús dice esto es porque cuando uno ora por alguien, no lo puede odiar. El odio y la oración no van juntos. Por tanto, si no podemos perdonar, debemos orar por nuestros enemigos al desear lo mejor para ellos para derrotar la venganza.
Estas palabras que Jesús enseñó fueron aplicadas en la cruz. En la cruz, Jesús tuvo enemigos quienes le gritaron y se burlaron de Él con un odio inmenso. 1 Pedro 2:23 dice que Jesús, en esos momentos, «No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia». ¡Jesús confió que Dios era justo y oró por ellos, y deseó lo mejor para ellos, al orar, «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34)!
La belleza de estas palabras es que no fueron solo hacia los enemigos de la cruz de aquel tiempo, sino para todos en este mundo, incluyendo a todos nosotros. La verdad es que nos hemos burlado de Jesús con nuestras palabras pecaminosas y nuestras decisiones temporales. Hemos golpeado a Jesús con nuestras acciones pecaminosas. Hemos escupido la cruz al volver al pecado. Sin embargo, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de Jesucristo quien nos amó y oró por nosotros en la cruz (Romanos 5:10). Por tanto, la manera en que podemos derrotar la venganza como lo hizo Jesucristo es orar y desear lo mejor para nuestro prójimo y para nuestros enemigos de la misma manera como Jesucristo, en amor, oró y deseó lo mejor para nosotros en la cruz.
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