¿CÓMO PUEDO SABER SI SOY SALVO?
Los cristianos que realmente conocen a Jesucristo podrán ver y comprender la gravedad del pecado, y sus deseos serán elegir el arrepentimiento porque aman a Dios.
3 Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos.
4 Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad;
5 pero los que obedecen la palabra de Dios demuestran verdaderamente cuánto lo aman. Así es como sabemos que vivimos en él. — 1 Juan 2:3-5 (NTV)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 19 de mayo 2023
Cuando era más joven, recuerdo que hacía preguntas como: “¿Cómo puedo saber si realmente soy un cristiano, nacido de nuevo por el Espíritu Santo?” y “¿Cómo puedo saber si mi nombre está escrito en el libro de la vida?”. Estas son preguntas que muchos cristianos se hacen hoy en día. Si tú eres alguien que está dudando de su salvación, Juan nos muestra las evidencias de un creyente que ha nacido de nuevo (es decir, uno que es salvo).
La primera evidencia, según Juan, es que el cristiano que ha sido salvo conoce y obedece los mandamientos de Dios (1 Juan 2:3). En el original griego, la palabra conocer que usa Juan es interesante porque es un verbo escrito en tiempo perfecto. Esto significa que es un verbo que ha sido cumplido, pero cuyos efectos deben continuar hasta hoy. Por ejemplo, no es decir “conocí a ese amigo en primaria y hoy no lo conozco muy bien” sino más bien “conocí a ese amigo desde la primaria y hasta hoy lo conozco muy bien”. Además, esta palabra conocer tiene tres elementos incluidos en ella. Conocer, en la forma en que lo usa Juan, implica tener un conocimiento intelectual, experiencias piadosas y una relación constante con el Señor. No puedes ser un cristiano simplemente teniendo conocimiento sin los otros dos elementos. No puedes tener una relación con Dios sin el conocimiento y las experiencias piadosas. Más importante aún, lo cual es predominante en Latinoamérica, no puedes declararte cristiano simplemente por tener experiencias de milagros, profecía, hablar en lenguas o sentir Su presencia sin tener un conocimiento y una relación constante con el Señor (Mateo 7:21-23). Estas tres cosas deben ser unidas y una realidad inmensa en tu vida si dices que eres un cristiano nacido de nuevo.
En segundo lugar, Juan dice que aquellos que dicen conocer a Dios, pero no obedecen Su Palabra son mentirosos (1 Juan 2:4). Es importante entender que Juan no está diciendo que los cristianos serán perfectos, ya que ellos cometerán pecados en su vida y deberán confesarlos (1 Juan 1:9). En otras palabras, los cristianos que realmente conocen a Dios y son salvos pueden cometer pecados, pero no vivirán voluntariamente en el pecado (no se identificarán con el pecado). Hay una diferencia entre cometer un pecado y vivir voluntariamente en el pecado, aunque sea un pecado por encima de las otras cosas piadosas que se hacen para Dios. Por ejemplo, un cristiano puede decir que es cristiano, pero si vive voluntariamente cometiendo actos sexuales fuera del matrimonio, homosexualidad, siendo mentiroso, un borracho, envidioso o cualquier otro pecado, se considerará un mentiroso ante Dios. Será un mentiroso que solo conoce de Dios, pero no a Dios, porque no cree en el poder de la cruz y lo que Jesucristo ha hecho por él al morir por sus pecados (1 Juan 2:22-23).
Por último, los cristianos guardan y atesoran las palabras de Dios porque aman a Dios (1 Juan 2:5). Desde el momento en que llegaron a conocer a Dios, comenzaron a amarlo. No se desviaron ni se alejaron de Dios porque su amor fue genuino y no solo fue una infatuación o una emoción pasajera para que Él les conceda sus deseos al llegar a los pies de Cristo. Al amar a Cristo con un amor genuino, han guardado la Palabra de Dios, y hoy, tiene fruto de cambios evidentes de un seguidor de Cristo. Por supuesto, la obediencia de un cristiano no será perfecta, pero el cambio será inevitable porque tendrán el Espíritu Santo.
Para terminar, quiero aclarar algo importante: Si eres un cristiano nacido de nuevo, es posible que estés caminando lejos de Dios. Pero si lo estás haciendo, nunca lo podrás hacer por siempre. Tampoco sentirás la paz en tu vida. Además, de la misma manera que Dios envió al profeta Natán para confrontar a David, Dios enviará a alguien para confrontar tu pecado. Puede ser alguien de tu iglesia, tu familia, un pastor o incluso este mismo mensaje. Si sientes la convicción, no es tarde para confesar tus pecados. No reprimas las voces de Jesús que te dicen una y otra vez: “Recuerda lo que me dijiste cuando viniste a mí. Recuerda cómo dijiste que ibas a escuchar mi voz y no las voces del mundo. Recuerda cómo dijiste que ibas a alejarte del pecado. Recuerda cómo dijiste que me seguirías fielmente”.
Aquellos que no conocen a Jesucristo no sentirán la gravedad de sus pecados y es posible que continúen en ese mismo camino de hoy en adelante. Pero los cristianos que realmente conocen a Jesucristo podrán ver y comprender la gravedad del pecado (y sus propios pecados). Sus deseos serán elegir el arrepentimiento porque aman a Dios.
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