CUANDO TE ALEJAS DE TU PRIMER AMOR
La restauración de Cristo como tu primer Amor viene cuando recuerdas, te arrepientes y rehaces.
4 Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes.
— Apocalipsis 2:4-5 (LBLA)
Samuel E. Seo, Th. M. | 7 de junio 2023
A Andrés, un chico de trece años, nunca le gustó ir a la escuela. Nunca le interesó estudiar. Le interesaban más los deportes y jugar juegos de móvil con sus amigos. Pero desde el día en que conoció a Eva, su primer amor, se dio cuenta que estaba cambiando. Cada día, desde el lunes hasta el viernes, no podía esperar ir al colegio para verla. Los fines de semana ya no se sentían cortos sino muy largos. Eva era muy estudiosa, así que Andrés también estudió intensamente para impresionarla. Se le veía pasando menos tiempo con sus amigos y pasando más tiempo estudiando con ella.
Sin embargo, a medida que se acercaba a sus últimos años de bachiller, empezó a alejarse de Eva debido a su estricta personalidad. Poco a poco, sus intereses volvieron a ser como los de antes. Estudiaba menos. Quería pasar más tiempo con sus amigos que con ella. Ir al colegio se volvió algo aburrido de nuevo.
La iglesia de Éfeso de Apocalipsis 2:1-7
Aquellos que se han enamorado por primera vez saben cómo es cuando uno cambia por una persona que uno ama. También saben que, muchas veces, uno puede cambiar cuando ese amor se desvanece. Esto probablemente fue lo que la iglesia de Éfeso en Apocalipsis 2 estaba experimentando. En el versículo 4, Jesús dice: «Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor». Sorprendentemente, este criticismo fue a pesar de sus encomiables obras, paciente resistencia, intolerancia a la maldad y exitosos esfuerzos para discernir a los falsos líderes y maestros sin cansarse (v. 2-3). Su «primer amor» que produjo amor hacia sus hermanos y hermanas (1 Juan 4:16, 20-21) se había enfriado debido a sus oponentes. Al intentar mantener la pureza doctrinal contra los falsos maestros, probablemente habían dejado de amar a sus hermanos y hermanas en Cristo.
El problema no era sencillo. Era tan grave que Jesús dice: «Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes» (Apocalipsis 2:5, LBLA). Para que la iglesia de Éfeso regrese a su primer amor, Jesús da tres imperativos, los cuales también aplican a nosotros si nos hemos alejado de Jesús, nuestro primer amor. Primero, debemos recordar lo que nos ha hecho alejarnos del primer Amor. Segundo, debemos arrepentirnos de esas cosas, es decir, confesarlas ante Dios y apartarnos decididamente de ellas. Finalmente, debemos rehacer lo que solíamos hacer cuando lo teníamos como nuestro primer amor.
Recordar, arrepentirse y rehacer
Volviendo a la historia anterior: en su último año de bachiller, Andrés fue a la biblioteca de su colegio en busca de algunos libros para completar una tarea. Mientras buscaba en las estanterías, vio a Eva estudiando sola en una de las mesas de estudio de la biblioteca. Era la misma mesa donde estudiaban juntos. Se detuvo un momento mirándola y recordó los días cuando no podía esperar a llegar a la biblioteca para estudiar con ella. Recordó los momentos en que reaccionó con enojó con Eva cuando ella se enfadaba con él por no haber terminado sus tareas. Reconoció lo desagradecido que era con el tiempo que ella había dedicado para ayudarle. En ese momento, decidió volver a estudiar con ella. Cogió sus libros y se dirigió a su mesa. Antes de sentarse, preguntó: «¿Puedo estudiar contigo?».
Eva levantó la vista y, al reconocer que era Andrés, sonrió y dijo: «Claro».
Su respuesta le tomó por sorpresa. Se sentó al lado de ella y, con la cabeza inclinada hacia el suelo, dijo: «Gracias… y lo siento mucho».
«No pasa nada», dijo ella con la misma sonrisa que comunicaba miles de palabras: que le perdonaba, que se preocupaba por él y que siempre le había esperado.
Cuando te hayas alejado de Jesús, tu primer amor, recuerda y arrepiéntete confesando las cosas que apagaron tu anhelo hacia Él y rehaz las cosas que apoyaron tu amor hacia Él. El Espíritu Santo te ayudará a restaurar a Cristo como tu «primer Amor» una vez más.
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