DIOS CAMINA; NOSOTROS CAMINAMOS
El deseo de Dios es caminar con nosotros para restaurarnos y llevarnos hacia la salvación.
Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer
— Deuteronomio 5:33 (LBLA)
6 Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad;
7 mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
— 1 Juan 1: 6-7 (LBLA)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 22 de febrero 2021
En la Biblia, vemos cómo la acción de “caminar,” muchas veces, se usa metafóricamente para hablar sobre la forma en que alguien vive su vida. El caminar representa un estilo de vida. Por ejemplo, la Biblia nos dice que los cristianos debemos caminar en el camino que Dios nos ha mandado (Deuteronomio 5:33). Incluso, Dios nos dice que no debemos continuar “caminando en tinieblas” (1 Juan 1: 6; 2:11), sino en pureza (Génesis 17:1).
La vida cristiana no es inactiva, sino que sigue hacia un camino específico porque el camino es como una trayectoria que contiene un conjunto de verdades. La vida cristiana se caracteriza por caminar y es un movimiento constante. La gran realidad es que debemos caminar con Dios porque somos pecadores, débiles, insuficientes, buscando satisfacciones temporales en este mundo, tratando de salvarnos a nosotros mismos. En fin, si vivimos así, llegaremos a estar cansados y agitados. Viviremos no caminando, sino escondiéndonos.
La primera vez en la Biblia que se habla de caminar, es cuando Dios "camina" en el Jardín del Edén al fresco del día (Génesis 3:8). Por otro lado, Adán y Eva se escondieron después de haber pecado. Cuando Adán y Eva pecaron, Dios pregunta, “¿dónde estás?,” no porque no supiera dónde estaban ellos, sino con la intención de restaurarlos. Dios tomó la iniciativa de acercarse a la humanidad pecaminosa. Este patrón sobre la humanidad pecando y escondiéndose y cómo Dios sigue buscando a los pecadores es el tema principal del resto de la Biblia.
Dios siempre busca maneras de reconciliar a la humanidad consigo mismo, y camina en medio de ellos con la intención de restaurarlos. Después del éxodo, aunque los Israelitas habían pecado una y otra vez, Dios promete a la nación de Israel diciendo: “Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo.” (Levítico. 26:12 NVI). También vemos cómo Dios visita y camina alrededor del campamento de los israelitas para salvarlos y protegerlos (Deuteronomio 23:14). Estos ejemplos del "caminar" de Dios sobre la tierra demuestran Su presencia divina activa entre Su pueblo. Incluso, muestra Su deseo de querer caminar con nosotros hoy en día.
Por tanto, si escuchas a menudo, “¿cómo está tu relación con Dios?” por el Espíritu Santo, es probable que Dios está extendiendo Su mano para cambiar o restaurar algo en tu vida. Si escuchas el susurro del Espíritu Santo que cuestiona tus motivaciones pecaminosas, tienes que entender que Dios ha llegado a las puertas de tu convicción. Cuando Dios camina, Él camina hacia esos lugares oscuros donde has pecado, y te preguntará en amor por qué has cometido ese pecado que sabes que está mal. De la misma manera que las primeras palabras de Dios hacia Adán y Eva no fueron de condenación, Él no te condenará cuando se acerque a ti, sino que te cuestionará en amor. Él nunca condena como lo hace Satanás, sino que camina hacia ti, y llega a tu corazón para cambiar tu forma de pensar, sentir, y escoger. Él camina hacia ti para que empieces a caminar hacia Él de nuevo.
Hermano y hermana, ¿cuáles son las voces que has escuchado últimamente? ¿Está tu mente cubierta con voces de condenación? ¿Estás abatido porque ese pecado y esa vergüenza siguen regresando a tu mente cada noche? Si te sientes abrumado, entra en oración e imagina los pasos de Jesús acercándose a ti en amor. Escucha las preguntas que Él te hace por medio de la Palabra de Dios, siente Su amor, y luego, responde con un corazón de obediencia que afirma el amor de Dios sobre tu vida.
Mira a Jesús, que, a través de Su vida perfecta, Su muerte expiatoria y resurrección gloriosa, también caminó hacia la cruz para que puedas ser completamente perdonado, amado y aceptado. No olvides la gracia gratuita e inmerecida de Dios y cómo esa gracia te salvó porque a Él le plació hacerlo. Jesús caminó hacia la cruz, y camina en este momento para salvarte. Escucha las pisadas gentiles de Jesús, quien camina hacia nosotros y nos ayuda a caminar hacia el arrepentimiento y la vida eterna.
Copyright © 2021 por Daniel E. Seo.
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