Cuando leemos la historia de la creación en Génesis 1, normalmente la leemos entendiendo la “manera” en que Dios creó la creación. Por ejemplo, hacemos preguntas como: ¿Cuál fue el orden de la creación?, o ¿cuánto tiempo le tomó a Dios crear el universo? Estas preguntas son importantes, pero desde estos primeros versículos de la Biblia, también podemos aprender sobre el carácter de Dios. Los primeros tres versículos de la Biblia dicen lo siguiente: “1En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. 3Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz”.

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El caos y la fealdad

Antes de que Dios creara la luz en el versículo tres, el versículo dos dice que el universo era feo. No tenía ningún orden. Estaba vacío. Básicamente era inhabitable. Era un lugar lleno de tinieblas, sin ninguna belleza. En pocas palabras, no había nada que consideraríamos “bueno”. Pero en medio de toda esta fealdad, el versículo precisamente dice que el Espíritu de Dios estaba presente dentro de todo este desorden, moviéndose “sobre la superficie de las aguas” que eran inhabitables para los seres humanos.

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Entonces aquí está mi pregunta: ¿Por qué Dios estuvo presente personalmente en un lugar tan feo, lleno de caos y desorden, lleno de oscuridad, sin ninguna belleza, sin ninguna cosa buena? Dios no tenía que mostrar Su presencia personal. Me imagino que Dios, como un Dios omnipotente, pudo haber creado toda la creación desde lejos sin mostrar Su presencia tan santa en un lugar tan no merecedor de Su presencia, ¿no es cierto? ¿Entonces, por qué Dios estuvo presente personalmente?

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Dios en lugares no merecedores

¿Sabes lo que es interesante? Este no es el único caso en donde Dios mostró Su presencia gloriosa y santa en medio de un lugar inhabitable, sin belleza, lleno de desorden y fealdad. En Éxodo 3, Dios mostró Su presencia santa y gloriosa a través de una zarza ardiendo en una montaña, en medio de piedras, en medio del polvo del desierto, en medio de un lugar donde el ganado dejaba sus excrementos. Aquí fue cuando Dios personalmente encontró a Moisés para traer la luz de esperanza, la cual fue la liberación para Israel de su esclavitud en Egipto.

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Hay más ejemplos. Pero, el ejemplo más grande es cuando Dios el Hijo estuvo presente en nuestro mundo de oscuridad, lleno de pecado, lleno de caos y desorden, lleno de sufrimiento físico, mental y emocional. Jesús vivió y caminó en nuestro mundo tan feo, con tanta maldad y sin belleza para ser la luz del mundo. Juan 1:5 dice que Jesús es la luz que brilla en las tinieblas. Jesús estuvo presente personalmente para brillar la luz de salvación para nosotros.

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¿Puedes ver el patrón? Dios sigue estando presente personalmente en lugares llenos de oscuridad, fealdad y pecado. Este patrón continúa hasta hoy. Dios el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Dios de Génesis 1:2, el mismo Espíritu que dijo: “Sea la luz”, Él está presente contigo. Dios desea estar presente personalmente en tu corazón feo, engañoso, vacío y desordenado, plagado por el pecado y la maldad, lleno de ídolos falsos, lleno de las tinieblas creadas por preocupaciones, inseguridades, adicciones, insatisfacción, deseos mundanos.

Dios sigue buscándonos personalmente en lugares que nunca merecen Su presencia. ¿Por qué? Porque Dios es un Dios lleno de amor y bondad, Dios es un Dios que desea una relación personal. Dios está presente en tu oscuridad porque te ama, porque desea conocerte personalmente y desea brillar Su luz de salvación, perdón, alivio, seguridad, gozo, paz y satisfacción en tu vida.

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¿Te sientes preocupado? Dios está preparado. ¿Te sientes inseguro? Dios siempre está a tu lado. ¿Te sientes perdido? Dios es la luz para tus pies. ¿Te sientes insatisfecho? Dios es tu fuente de agua viva. Dios ya está contigo y preparado para crear la luz en tu vida. ¿Qué harás tú?