EL QUE DOMINA SU ESPÍRITU
El que no domina su espíritu es el que fácilmente comete pecado y el que no tiene una comunión constante con Dios.
32 Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad. — Proverbios 16:32 (LBLA)
Shinkil Seo, Ph. D. | 9 de noviembre 2022
Ilustración
Sansón era un hombre físicamente tan poderoso que en Jueces 16:3 está descrito cómo subió la cumbre de un monte mientras cargaba sobre sus hombros las puertas, el cerrojo y dos pilares de una ciudad. A pesar de su fuerza física, Sansón se dejó seducir y engañar por una mujer llamada Dalila. Es decir, no logró dominar su espíritu. Por tanto, terminó en una situación miserable en la cual sus enemigos le sacaron los ojos y lo hicieron girar un molino grande. Tanto esta historia como Proverbios 16:32 nos demuestran dos cosas importantes: el que no domina su espíritu fácilmente cometerá pecado y es evidencia de que no tiene una comunión constante con Dios.
El que no domina su espíritu fácilmente cometerá pecado
Primeramente la Biblia nos demuestra que el que no domina su espíritu fácilmente comete pecado. Por ejemplo, Caín, controlado por su ira y porque no pudo dominar su propio espíritu, se convirtió en el primer asesino del Antiguo Testamento tras haber asesinado a su propio hermano Abel. Similarmente, el rey Saúl del Antiguo Testamento, como no podía dominar su propio espíritu y porque estaba lleno de celos, buscó diversas maneras para matar a David, su yerno y un hombre fiel a Dios. Adicionalmente, Judas Iscariote, al no dominar su espíritu y siendo esclavo del dinero, se suicidó después de haber traicionado y entregado a Jesús a cambio de treinta piezas de plata. Esto explica por qué las personas actúan como animales, pues: asaltan, violan a las mujeres, odian, adulteran y matan a otros más débiles que ellos mismos. Es evidente entonces cómo las personas que no logran dominar su propio espíritu fácilmente pecan.
Se domina el espíritu mediante una comunión constante con Dios
En segundo lugar, es evidente que los que no dominan su espíritu es porque no están en constante comunión con Dios. Siendo hechos a imagen de Dios, necesitamos estar continuamente vinculados espiritualmente con Él. Desde el momento en que dejamos de estar en una relación con Dios, se nubla el espíritu y nuestra capacidad de discernimiento. Sin embargo, aquel que tiene una constante comunión espiritual con Dios logra recibir el poder divino del Espíritu Santo y es esto lo que le permite vencer y dominar su propio espíritu. Romanos 8:6, por ejemplo, dice: «La mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz» (LBLA). Entonces, es por esto que la persona que tiene una constante comunión con Dios logra dominar su espíritu y no ser como Sansón, quien no logró dominar su espíritu.
Aplicación
¿Estás últimamente lleno de ira y sin autocontrol? ¿Eres como Caín que odió a su hermano o como Judas que, enceguecido por su amor al dinero, descontroladamente traicionó a Jesús y se suicidó? Ora e invierte tu tiempo y energía en tener una constante comunión con Dios. Hazlo y recibirás tanto el discernimiento como el poder divino del Espíritu Santo. No vivas como Sansón lo hizo. Domina tu espíritu con la ayuda del Señor y no vivas una vida llena de pecados. Como dice Gálatas 5:16, «Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa». Amén.
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