Corrie Ten Boom era una cristiana holandesa que nació en 1892 y falleció en 1983. Ella ayudó a los judíos a escapar de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, siendo encarcelada a la edad de 52 años. Antes de ser capturada, Corrie Boom documentó sus preocupaciones de cómo sufriría y moriría en manos de los soldados alemanes, y, por tanto, le preguntó a su padre cómo podría tener más fe. Ella le dijo: “Papá, temo que nunca seré lo suficientemente fuerte para ser una mártir por Jesucristo”. Inmediatamente, el papá de Corrie le preguntó: “cuando viajas en el tren ¿cuándo te doy el dinero para el boleto? ¿Tres semanas antes o momentos antes de que subas al tren?” Corrie contestó:  momentos antes de abordar el tren. “Así es”, contestó el padre de Corrie: “de la misma manera, Dios te dará la fuerza que necesitas para morir en el momento preciso”. Corrie afirmó que estas palabras le trajeron tanto consuelo, que ella pudo sufrir por Jesús en un campo de concentración nazi. 

 

Todos nosotros, como Adán y Eva, tendemos a alejarnos de la presencia de Dios al pensar que Dios no es suficientemente bueno, fiel o amoroso, y llegamos a pensar que Dios no nos ayudará en los momentos que más lo necesitemos. Es por esto que empezamos a preocuparnos y gradualmente a controlar nuestras vidas intentando hacer las cosas por nuestras fuerzas. Pero lo que tenemos que recordar es lo que el padre de Corrie dijo: “Dios te dará la fuerza que necesitas… en el momento preciso que lo necesites”.  

 

El autor de Hebreos confirma esta verdad en Hebreos 4:16 donde dice: “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos (NVI)”. Esto quiere decir que Dios nos ayudará divinamente cuando llegue el momento en que más lo necesitemos. No dice tres meses antes, tres semanas antes, o tres días antes. La fuerza por medio de Su gracia viene en el momento preciso que más la necesitamos. Pero noten aquí la condición. Tenemos que acercarnos al trono de la gracia con fe y confianza (v. 16 - confiadamente al trono). Tenemos que intencionalmente crear un espacio para acercarnos a Su trono y recibir de Su gracia en los momentos que más lo necesitamos.  

 

En 1978, el teniente general Ace Collins dijo: “es asombroso lo que los soldados bien entrenados y dedicados pueden lograr frente a la muerte, el miedo, la privación física y un enemigo decidido a matarlos”. Esto es cierto para la vida cristiana. Si un creyente no se está acercando al trono de Su gracia y ejerciendo el músculo de la fe al estar disciplinado y dedicado a la lectura de la Palabra, a Dios, a la oración, y a la comunidad de la iglesia, no obtendrá la gracia necesaria para enfrentar las situaciones inimaginables que se presenten en su vida. Esto significa que un creyente puede tener una disposición radical para Jesús y declarar que será un mártir para Jesús.  Pero si no está acercándose al trono de Su gracia para obtener la fuerza requerida para morir, ¿cómo podrá derrotar el miedo o enfrentar la muerte por causa de Cristo? La condición es que nosotros tenemos que estar acercándonos al trono de Su gracia para obtener de Su gracia.  

 

¿Quieres que Dios te dé gracia para los momentos que más lo necesitas? Deja ir tus miedos y preocupaciones. Suelta el deseo de controlar tu vida. Acércate al trono de Su gracia confiadamente creyendo que Dios te dará la fuerza que necesitas en los momentos que más lo necesitarás.