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LA MAGNITUD DE LA MALDAD HUMANA

La maldad en el corazón de los seres humanos no tiene límites, pero el amor y la misericordia de Dios tampoco.

5 El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal.
6 Y al Señor le pesó haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en Su corazón.
7 Entonces el Señor dijo: «Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho».
— Génesis 6:5-‬7 (NBLA)

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Cristian Sáenz, B. A.  |  11 de agosto 2023

La maldad de los seres humanos se ha visto reflejada a lo largo de la historia. Durante el siglo  XVI, una mujer húngara llamada Elizabeth Bathory, conocida como la «condesa asesina», llevó la vanidad a un nivel de psicopatía—creía que el secreto para una piel joven era utilizar como tratamiento la sangre de adolescentes. Esta mujer mandó a asesinar a más de seiscientas adolescentes y con la sangre de sus víctimas se bañaba en una tina. Se cree también que ella llegó a comer carne de sus víctimas convirtiéndose en una caníbal y asesina en serie.

Durante la segunda guerra mundial, existieron verdaderos psicópatas colaboradores de Hitler y uno de ellos fue Adolf Eichmann. Se cree que este hombre fue el que inventó el sistema de exterminación masiva donde llegarían a morir más de seis millones de judíos, gitanos, y personas discapacitadas.

Elizabeth Bathory, Adolf Eichmann y muchas otras personas malvadas que podemos ver en periódicos, redes sociales, radio y televisión hoy en día, son ejemplos de lo que nosotros también podemos llegar a ser si descuidamos nuestro corazón.

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El relato bíblico en Génesis 6:5-7 nos habla del aumento de la maldad de los seres humanos en la tierra en los tiempos de Noé, que toda intención de los pensamientos de sus corazones era sólo hacer el mal. Tanto había aumentado la maldad que al Señor le pesó haber creado a la humanidad en la tierra. Años más tarde, Dios decidió exterminar a los seres humanos con el diluvio universal y sólo quedaron con vida ocho personas—Noé y su familia. 
 
La Bíblia nos muestra que la maldad es la naturaleza de los seres humanos. Isaías 64:6 dice:  «Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios. Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento» (NTV). También en el Salmo 51:5, David, arrepintiéndose de su adulterio con Betsabé, escribió: «He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre» (RVR60).

Esta es la mala noticia: la maldad habita en el corazón de los seres humanos y por eso estos no alcanzarán la gloria de Dios (Romanos 3:23).

Las mejores noticias para la humanidad

Sin embargo, Romanos 5:8 dice: «Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (NBLA). Esto es el «evangelio», lo cual significa buenas y gratas noticias, y nos muestra que aún hay esperanza en medio de un mundo lleno de maldad. Dios es un Dios de amor y misericordia, por eso envió a Su Hijo Jesucristo quien padeció en la cruz del calvario para darnos la salvación y la vida eterna (Juan 3:16).

Conclusión
¿Cómo está tu corazón delante de Dios? Sin la transformación espiritual posible con la sangre preciosa de Jesucristo, siempre estás en riesgo de convertirte en un monstruo de pecado así como Elizabeth Bathory y Adolf Eichmann. Cada día que pecas contra Dios, expones tu corazón hacia un riesgo que te conduce a una maldad superior. Sin embargo, el arrepentimiento con la sangre de Cristo no solo quita tus pecados, sino también sus riesgos. Arrepiéntete y pide a Jesús en oración que lave tu corazón de toda maldad con Su sangre. Al arrepentirnos, Dios quitará nuestra suciedad y nos dará un nuevo corazón. Amén.

Copyright © 2023 por Cristian Sáenz

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