LA POLÍTICA DEL REINO
La belleza de la política del Reino de Cristo es que está impulsada por un amor sacrificial que anula toda injusticia, pobreza y opresión.
41 Al oír esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan. 42 Llamándolos junto a Él, Jesús les dijo: «Ustedes saben que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. 43 Pero entre ustedes no es así, sino que cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor, 44 y cualquiera de ustedes que desee ser el primero será siervo de todos. 45 Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos».
— Marcos 10:41–45 (NBLA)
Samuel E. Seo, Th. M. | 4 de febrero 2022
Un historiador británico dijo una vez: «El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente». Las noticias de corrupción política que escuchamos constantemente nos siguen demostrando que esas palabras son muy ciertas. Algunos de nosotros hemos personalmente sufrido por la corrupción política que ha provocado injusticia, pobreza y opresión. Esperamos cada nuevo ciclo electoral que el nuevo líder político será alguien libre de corrupción y capaz de cumplir todas sus promesas. Y cuando nos decepcionamos, como cristianos decimos: «Jesús tiene que volver pronto». Pero cuando regrese Jesús, ¿traerá el Reino de Cristo un alivio político? ¿Habrá política en el Reino de Dios? La Escritura nos dice que reinaremos con Cristo (2 Timoteo 2:12; Apocalipsis 20:6). Si vamos a reinar con Cristo, entonces sí habrá política ya que la política tiene que ver con poder y un reinado. Entonces, ¿cómo será la política del Reino de Dios diferente a la política de este mundo caído?
Líderes sacrificiales
En Marcos 10:32-45, Santiago y Juan pidieron a Jesús que les concediera sentarse a Su derecha e izquierda en la gloria. Los demás discípulos se indignaron con ellos porque probablemente pensaron que Santiago y Juan estaban tratando de arrebatar los dos puestos más altos de autoridad en el Reino de Jesús. Es aquí en donde Jesús les enseña a Sus discípulos que no deben tener la mentalidad política del mundo que valora el poder y el dominio. Jesús da dos ejemplos de cómo la política del Reino de Dios será diferente. Primero, Jesús les dice que los que son «grandes» en el Reino de Dios son los que están dispuestos a ser servidores de los demás. Segundo, Jesús añade diciendo que los que quieren ser «primeros» entre los grandes son los que están dispuestos a ser esclavos de todos. En palabras sencillas, aquellos que son los más grandes en el Reino de Dios son los que están dispuestos a hacer los mayores sacrificios en amor por sus hermanos y hermanas, es decir, por los ciudadanos del Reino de Dios. Esto es exactamente por qué Jesús merece ser el Rey—a pesar de ser Dios, se despojó de toda Su gloria y se hizo un hombre para servir como esclavo sacrificando Su propia vida por la humanidad (cf. Filipenses 2:5-7). Jesús les dice: «Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos» (v. 45).
Entonces, ¿qué dice esto sobre la política en el Reino de Dios? Todos los individuos grandes en el Reino de Dios serán aquellos que han priorizado a los ciudadanos del Reino de Dios sobre ellos mismos. Todos los gobernantes en el Reino de Dios serán aquellos que estén dispuestos a sacrificar todo por el bien de los ciudadanos del Reino de Dios. Y el Rey del Reino de Dios, Jesucristo, es Aquel que demostró Su valor al dar Su vida como rescate por toda la humanidad. La belleza de la política del Reino de Cristo es que está impulsada por un amor sacrificial que anula todas las posibilidades de injusticia, pobreza y opresión.
Esperando Su Reino
Cuando encuentres otra noticia sobre la corrupción del gobierno, cuando te sientas decepcionado/a por los fracasos políticos de tu país, cuando te sientas preocupado/a por las inseguridades de los gobiernos inestables, cuando te encuentres diciendo: «Jesús tiene que volver pronto...», recuerda que hay algo más importante que preocuparnos por los estados políticos temporales de nuestro tiempo. Recuerda servir sacrificialmente a tus hermanos y hermanas en Cristo para poder participar en el reinado glorioso con Cristo. Da prioridad al Reino de Jesús donde Sus gobernantes son aquellos que obrarán para que los ciudadanos sean más prósperos que ellos mismos. Exalta a Jesús por tu hogar permanente donde el Rey mismo, que sufrió por ti, te asegura de que no sufrirás más injusticia y opresión. Cristo borrará de la existencia toda corrupción, pues dice: «He aquí, yo hago nuevas todas las cosas» (Ap. 21:5, LBLA). Amén.
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