LAS CUEVAS ESPIRITUALES
Nuestras cuevas espirituales sirven para cultivar honestidad hacia Dios y claridad a nuestra situación.
1 Clamo al Señor con mi voz;
con mi voz suplico al Señor.
2 Delante de Él expongo mi queja;
en su presencia manifiesto mi angustia.
3 Cuando mi espíritu desmayaba dentro de mí,
tú conociste mi senda.
En la senda en que camino
me han tendido una trampa.
4 Mira a la derecha, y ve,
porque no hay quien me tome en cuenta;
no hay refugio para mí;
no hay quien cuide de mi alma.
5 A ti he clamado, Señor;
dije: Tú eres mi refugio,
mi porción en la tierra de los vivientes.
6 Atiende a mi clamor,
porque estoy muy abatido;
líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Saca mi alma de la prisión,
para que yo dé gracias a tu nombre;
los justos me rodearán,
porque tú me colmarás de bendiciones. — Salmo 142: 1-7 (LBLA)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 03 de febrero 2021
Las cuarentenas son algo que hemos visto seguidamente desde el 2020. Los que han pasado por una cuarentena saben que estas pueden ser difíciles y desfavorables, pero son necesarias para prevenir cualquier infección que pueda llegar a contagiar y hasta provocar la muerte. De la misma manera que las autoridades superiores demandan una cuarentena, hay momentos en que Dios nos pone en una cuarentena espiritual. Dios requiere que nosotros entremos a estas cuarentenas espirituales, que se sienten como cuevas sin salida ni esperanza. Pero Dios no nos pone en estas cuarentenas espirituales, estas cuevas, para destruirnos, sino para forjar algo bueno en nosotros cuando salgamos de ellas. De la misma manera que las cuarentenas pueden ser desagradables pero beneficiosas, las cuarentenas espirituales que enfrentamos en nuestras vidas también pueden ser desagradables pero beneficiosas.
Podemos ver esta verdad en la vida de David, quien también tuvo que entrar a una cueva, llamada la cueva de Adulam, que era conocida como la cueva de refugio. Eventos antes de que David entrara a esta cueva, él estaba en la cima de su éxito y había logrado muchas cosas aun siendo joven, pero tuvo que empezar a correr por su vida porque Saúl lo quería matar. Para recibir la unción de Dios, Dios le quitó todo lo que era valioso para David. Pasa de obtener la promesa de ser un rey, a ser un exiliado; de vivir en un castillo, a vivir en una cueva; del éxito al fracaso. Huyendo constantemente por su vida, David se quedó sin amigos, sin hogar y sin seguridad, y finalmente llega a la cueva de Adulam, la cueva de refugio. Para que Dios pudiera preparar a David para el establecimiento del trono, Dios conduce sus circunstancias hacia esta cueva, no para destruir su vida, sino para instruirle unas cosas y guiar su vida providencialmente.
En esta cueva, David en su oración empieza a clamar, suplicar, quejarse y expresar su angustia (v. 1-2). Luego, David ora y expresa cómo está a punto de perder sus fuerzas (v. 3), y dice que nadie está a su mano derecha (v. 4). La mano derecha era alguien que siempre estaba al lado de un individuo para protegerlo. En otras palabras, David clama al Señor, suplica, y se queja diciendo que se siente exhausto y que nadie está a su lado o está allí para ayudarlo. En su oración, David se vuelve extremadamente honesto y sincero con el Señor.
Tenemos que entender, que hay una razón por la que Dios dejó esta oración en la Biblia. También podemos ser honestos y sinceros con el Señor. Cuando sentimos que estamos en una cueva espiritual, no tenemos que tratar de ser espirituales y fingir que todo está bien. Está permitido expresar nuestras quejas al Señor en medio de nuestras dificultades, pero sin expresarnos en una forma negativa hacia otros. Dios quiere que seamos honestos y sinceros con Él en nuestras oraciones. Si sientes que estás en una cueva porque estás enfrentando dificultades en tu vida, ¿has pensado que tal vez, el Señor te llevó a esa cueva espiritual para que puedas empezar a ser honesto y sincero con Él?
La razón por la que Dios desea que seas honesto y sincero con Él es porque la honestidad y la sinceridad cultivan una relación genuina. Observa cómo David comienza a ser honesto y sincero, y, en los versículos 5-7, declara su confianza hacia el Señor. Comienza a ver la luz por las grietas de la cueva que le permite decir: "Tú eres mi refugio"… y los justos me rodearán. David declara que algo bueno sucederá, aunque él estaba aislado en esta cueva. Aunque esta cueva tenía el significado de refugio, David pronto encuentra su confianza en su verdadero refugio, el Padre celestial. David estaba seguro de que el Señor lo puso en la cueva, no para destruirlo, sino para instruirlo. No para castigarlo, sino para darle más claridad. David tuvo más claridad en la cueva y entendió que su estadía en la cueva tenía una fecha de vencimiento.
Aunque la cueva de David era diferente, él tenía el mismo Dios en quien apoyarse. Y aunque nuestras cuevas sean diferentes, tenemos el mismo Dios en quien podemos apoyarnos. Si dices que estás en una cueva espiritual, ¿has pensado cómo Dios te ha puesto en esa cueva no para destruirte, sino para instruirte unas cosas? ¿Has pensado cómo Dios no te quiere castigar, sino que quiere darte más claridad? Él quiere aumentar tu confianza en la cueva. En tu aislamiento, Él quiere aumentar tu percepción sobre el sufrimiento. Él quiere que tú entiendas el propósito divino que se encuentra en medio de tus experiencias y presiones humanas (Romanos 8:28). Hay refugio en el Señor, y no adentro de las cuevas.
Después de que David fue honesto y sincero con Dios, y confió en Dios, David pudo ver las cosas que Dios tenía preparadas para él con más claridad. David se convirtió en rey, y en su trono, Dios le dice que su hijo Salomón será el que establecerá el camino para el Rey de reyes – Jesucristo. David entendió que después de la cueva, iba a nacer un rey, y no solo un rey, sino el Rey de reyes, Jesucristo. De la línea de David, vino Jesucristo. Incluso, nuestro Rey de reyes, Jesús, también entró a una cueva donde oró a Dios con honestidad y sinceridad en el jardín de Getsemaní. Oró y dijo: "que pase de mí esta copa de sufrimiento", pero luego, ora con claridad y dice: pero no sea como yo quiero, sino como Tú quieras. Luego, fue a la cruz para derrotar a Satanás, al pecado, y a la muerte, para que nosotros pudiéramos confiar en Él, nuestro único y verdadero refugio.
Copyright © 2021 por Daniel E. Seo.
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