LOS MILAGROS SUPERIORES
La Palabra encarnada y la Palabra inspirada son los dos milagros superiores y centrales en nuestras vidas cristianas.
1 En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 El que es la Palabra existía en el principio con Dios. 3 Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él. 4 La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos. (…) 14 Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre. — Juan 1:1-4, 14 (NTV)
Samuel E. Seo, Th. M. | 06 de enero 2021
En 1958, en un domingo, un grupo de niños de un pueblo salió a jugar cerca de un estanque donde las mujeres del pueblo lavaban ropa sucia. Entre los niños, había un niño de solo tres añitos que cogió uno de sus zapatos, se agachó al lado del estanque y lo puso sobre el agua para hacerlo flotar como un barco. Pero su zapato empezó a alejarse de él debido a la corriente del agua. Para no perder su zapato, el niño intentó cogerlo. Extendió su mano demasiado y cayó al agua. Su hermano mayor de seis años estaba ahí y, viendo lo que pasó, saltó al estanque para rescatarlo. El problema era que los dos no sabían nadar.
Los otros niños vieron que sus dos amigos no salían del agua. Asustados, empezaron a avisarle a los adultos que estaban en el área diciendo que dos niños se habían ahogado. Algunos fueron a la casa de los padres de los dos niños para avisarles sobre lo que pasó, pero solo encontraron a la hermana mayor de 13 años. Cuando le avisaron, la hermana corrió a la iglesia donde sus padres estaban en medio de una reunión de líderes de la iglesia y gritó que los dos niños se habían ahogado. Los padres, con mucho pánico, salieron inmediatamente de la reunión y corrieron hacia el estanque.
Cuando los padres llegaron, vieron que había otros adultos en el estanque buscando a sus dos niños. Después de un rato, encontraron el cuerpo del niño de tres años. El cadáver del niño de seis años fue más difícil de encontrar, pero finalmente pudieron encontrarlo. Ya había pasado demasiado tiempo para poder resucitarlo. Los dos niños estaban muertos. Los padres, con una tristeza inimaginable decidieron llevar a sus dos niños muertos a su casa.
Pusieron los dos cadáveres en la sala. Los padres, con quienes estaban los miembros de la iglesia, decidieron orar y cantar himnos y pedir a Dios por ayuda. Se sentaron rodeando a los niños y empezaron a cantar y a orar. Después de una hora, ocurrió un milagro sorprendente. El niño de tres años se despertó y levantó por sí mismo aún después de haber estado muerto por más de unas horas.
¿Qué es un milagro?
¿Pueden imaginar tener una experiencia directa de un milagro así? Los médicos dicen que un adulto que se ahoga y no respira por más de 12 minutos no puede ser resucitado. El daño del cerebro por la falta de oxígeno es demasiado y por eso ya sería considerado como muerto. El tiempo límite es menor para los niños, y este niño de tres años estuvo muerto por más de una o dos horas.
Creo que todos nosotros desearíamos experimentar un milagro así, o sea, milagros que nos dejen sorprendidos, asombrados, con bocas abiertas y sin palabras. Pero, es importante notar lo siguiente. Los milagros no son “milagros” simplemente porque son asombrosos y porque nos dejan con las bocas abiertas, porque los magos que entretienen a la gente hacen lo mismo, solo que no son milagros sino trucos o ilusiones. Los milagros son milagros, porque son acciones de intervención personales y sobrenaturales de Dios. Las acciones de Dios pueden manifestarse en una manera física, como la historia del niño de tres años. También pueden manifestarse en nuestras vidas en una manera espiritual, es decir, invisiblemente. Por ejemplo, si una persona es renacida a través de la obra del Espíritu Santo, eso es un milagro. Una predicación también puede ser un milagro si Dios actúa, interviene, y habla a través del predicador. Cuando estás en un servicio dominical y sientes la presencia de Dios, eso también es un milagro.
Es importante tener en cuenta estas observaciones, porque hoy en día hay cristianos que priorizan los milagros que son menos importantes y no les dan importancia a los milagros que deben ser superiores en sus vidas cristianas. Hay una necesidad de ver y apreciar los mayores milagros que son centrales en nuestras vidas cristianas. Hay una necesidad de seguir buscando a los milagros que son más importantes.
La Palabra encarnada
Juan 1:1-4, 14 dice: “1En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2El que es la Palabra existía en el principio con Dios. 3Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él. 4La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos. (…) 14Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre” (NTV).
Primero, la Palabra en forma encarnada es el milagro superior de Dios. Es decir, Jesucristo es el milagro superior de Dios. Dios intervino personalmente y en una manera sobrenatural cuando se hizo carne y se hizo hombre en nuestro mundo. La celebración navideña es para celebrar este milagro, el más glorioso de la historia de la humanidad. Lastimosamente, debido a que celebramos la navidad más por las fiestas, regalos y decoraciones, es fácil no ver que el nacimiento de Jesús fue el milagro de los milagros, sino que lo vemos como un “evento” de diversión. Sin embargo, la realidad es que la encarnación de Jesucristo es el milagro de los milagros.
La Palabra inspirada
Segundo, podemos encontrar, conocer y relacionarnos con esta Palabra encarnada, Jesucristo, a través de la Palabra inspirada, la cual es las Escrituras. La Palabra en forma inspirada es un milagro superior de Dios que revela la Palabra encarnada. 2 Timoteo 3:16 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto” (NTV). Esta palabra “inspirada” en el idioma original literalmente es “soplado por Dios”. A través de la Palabra inspirada, podemos tener una relación con la Palabra encarnada que nació, vivió y murió por nosotros. La Escritura es el mayor milagro que apunta y valida a Jesucristo.
Por lo tanto, la Palabra encarnada, Jesucristo, y la Palabra inspirada que habla de Jesucristo—estos dos milagros son los dos milagros superiores y centrales en nuestras vidas cristianas. El milagro de la resurrección del niño de tres años, los milagros de la sanación, los milagros de liberación, los milagros de provisión, los milagros de visiones, los milagros de escuchar la voz de Dios—todos estos milagros son milagros que apuntan y validan a Jesucristo y a las Escrituras.
Conclusión
Regresando a la historia de la resurrección del niño de tres años… cuando el niño se levantó después de estar muerto por tanto tiempo, todos los que lo vieron estaban asombrados. Al mismo tiempo, también le dieron esperanza al niño de seis años. Aunque había pasado más de una hora, decidieron seguir orando y cantando himnos para que Dios también hiciera un milagro para el niño de seis años.
Pasó una hora. Dos horas. Tres horas. Ya estaba oscureciendo. Sin embargo, de repente, el niño de seis años se despertó y levantó por sí mismo. ¡Todos los que estaban ahí estaban absolutamente asombrados! ¡Estuvo muerto por varias horas, pero resucitó! Todos pensaban: “¿Esto cómo fue posible?”.
Mientras todos se estaban regocijando, el hermano mayor de los dos niños que habían resucitado milagrosamente estaba cerca y observó todo. Este hermano mayor tenía ocho años cuando ocurrió este milagro, y él es mi padre. Los dos niños que fueron resucitados son mis dos tíos. Este milagro fue una señal increíble no solo para la iglesia sino para todo el pueblo que comunicó que Jesucristo vive y Su Palabra es verdad.
Si Dios te muestra un milagro, es siempre para que puedas acercarte más a Jesucristo. Nunca tomes ligeramente el milagro de tener una relación personal con Jesucristo, porque Él es el milagro más glorioso que tienes. Nunca tomes ligeramente el milagro de la Palabra inspirada por Dios, porque es el milagro superior que nos permite disfrutar el soplo divino de Dios.
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